Desde una perspectiva cristiana y la escuela cognitivo-conductual, es importante entender que la infidelidad no es solo un acto aislado, sino una manifestación de dinámicas y lealtades patológicas que pueden transmitirse de generación en generación debido al pecado que entró en la creación perfecta de Dios. Satanás ha utilizado la infidelidad desde los tiempos de Adán y Eva como una herramienta para destruir relaciones. Reconocer esta realidad es esencial para buscar la ayuda adecuada.
Las dinámicas de la infidelidad y cómo sanarlas
Cuando una pareja permite la entrada de una tercera persona, ambos, en lo profundo, saben que algo en su relación necesita atención. El tercero no es solo un “intruso”, sino un reflejo de heridas no resueltas. Este conflicto es una oportunidad para sanar y restaurar. La Biblia nos recuerda: “Por tanto, confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados.” (Santiago 5:16).
No hay que esperar a que llegue la infidelidad, es necesario fortalecer el vínculo de pareja, estar preparado en conocimiento. Ser conscientes que como seres humanos, el enemigo querrá destruir la felicidad, pero más allá de tener en cuenta estás amenazas es necesario trabajar juntos para aportar seguridad emocional, y construir una relación sólida sobre la Roca que es Cristo.
Frase sanadora: “Reconozco lo que está oculto entre nosotros (heridas del pasado, de la infancia que podemos sanar) y juntos decidimos fortalecer nuestra relación en paz, respeto y temor de Dios.” 
En muchas infidelidades, el infiel asume inconscientemente el rol de hijo o hija dentro de la relación, reflejando dinámicas no resueltas con sus padres. La sanidad viene al asumir el rol de adulto en la pareja. “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.” (1 Corintios 13:11).
Frase sanadora: “Te libero del papel de madre o padre en nuestra relación y tomo mi lugar como adulto/a en esta pareja.”
El infiel, puede sentir una deuda emocional hacia su pareja, l a sanación implica tomar decisiones propias y liberarse de estas ataduras. “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:32).
Frase sanadora: “Te agradezco por todo lo que me has dado, pero reconozco que es hora de tomar mis propias decisiones y liberarme de esta deuda emocional.”
En ocasiones el infiel no quiere dejar a su víctima, la pareja que ha sido fiel debe soltarla.
Repetir patrones de infidelidad puede ser una señal de lealtades invisibles dentro del sistema familiar. Codependcias emocionales. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.” (Romanos 12:2).
Frase sanadora: “Honro la historia de mis antepasados, pero me libero de la necesidad de repetir sus experiencias en mi vida.”
El amante, a menudo, revive el triángulo familiar experimentado en su infancia, atrayendo relaciones que repiten ese dolor. La sanación viene al elegir relaciones saludables. “El amor… todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:7).
Frase sanadora: “Reconozco el dolor de no haber sido elegido/a en mi infancia, pero ahora me permito elegir relaciones que me nutran y me valoren.”
Muchos infieles llevan una adolescencia no resuelta, con carencias emocionales, malas influencias, manteniendo una doble vida. La sanidad implica vivir con integridad y verdad. “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” (Proverbios 28:13).
Frase sanadora: “Reconozco la parte de mi adolescencia que no viví plenamente en armonía con mis padres y principios que honren a Dios, y ahora tomo mi lugar como adulto/a, con integridad y verdad.”
La persona que perdona repetidamente sin resolver el conflicto también está atrapada en una dinámica de “padre o madre del mundo”. Soltar esta carga es vital. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28).
Frase sanadora: “Me libero de la responsabilidad de sostener la relación y el sistema familiar. Te suelto con amor y tomo mi propio lugar en la vida, aquí y ahora.” 
Llamado final
Para tener una relación de pareja saludable es vital buscar a Dios juntos, orar y adorar y escudriñar la biblia unidos.
Es necesario identificar y resolver las heridas del pasado con especialistas en salud mental. Leer libros de superación personal, inteligencia emocional y financiera, buscar ayuda, buscar consejo, tener como amigos a familias cristianas sólidas, coherentes y saludables como guías espirituales.
“Someteos unos a otros en el temor de Dios.” (Efesios 5:21).
Autor: Gerson Vega.
Es licenciado en Teología y Salud Pública, egresado de la Universidad Peruana Unión, Lima. Ha escrito artículos y desarrallo cursos sobre psicología del niño y el adolescente, talleres para familia. Es asesor de Marca Personal, Marketing digital y Coach Organizacional
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Muchas gracias por compartir esta valiosa información,